
Según el diccionario tal o cual, el término obsesión se define como idea, palabra o imagen que se impone en la mente de una persona de forma repetitiva y con independencia de la voluntad, de forma que no se puede reprimir o evitar con facilidad.
Respondiendo a la pregunta titular seguro que sí, todos hemos estado obsesionados alguna vez con algo: con que tenemos que conseguir esto o aquello, con que todo lo pintas del mismo color porque no existe otro para ti, con el querer conseguir a cualquier precio el amor de alguien, con que el jefe la tiene cogida conmigo y no me deja en paz o con que me tengo que sacar la lotería y no dejo de comprar billetes. Hay infinidades de obsesiones como mentes humanas existen con alguna de ellas rondando en la cabeza a todas horas sin poder evitarlo.
Confieso que yo también tengo mi obsesión y no estoy nada orgullosa de ella. No obstante existe un lado bueno en todo esto, y es que quiero escribir una novela lo cual es fantástico y maravilloso. Quiero conseguir ser mejor escritora para lo que me preparo estudiando, asistiendo a talleres, encuentros, presentaciones, leyendo mucho y toda esta actividad llena mi vida y mi tiempo, en algo que me encanta hacer e independientemente que consiga o no algún día escribir esa novela, son un montón de actividades colaterales que me llenan de placer y satisfacción.
Pero ahora entra a fastidiarlo todo el personaje protagonista de mi novela. Esa es mi obsesión. Ella no es algo que me he tenido que inventar, no me he tenido que crear un personaje lo cual hubiera estado bien, a mi me ocurre que mi protagonista es una imagen real que me ha acompañado siempre y que con el paso del tiempo he conseguido entender lo que me ha dañado.
Entonces llegado esa parte del proceso de escritura de una novela cuando tienes que dedicar un tiempo a la organización y la estructuración de la misma, ahí hay que buscar bibliografía, organizar el escenario en un plan para trazarte un proyecto de lo que vas a escribir. Pero en mi caso he tenido que dirigirme por la búsqueda de cartas, fotografías, pensar en momentos, traer recuerdos, preguntar a familiares, amigos y hurgar en mi cabeza.
Así llevo un tiempo. Bastante tiempo. Comienza a ser un tiempo que ya me está resultando pesado, difícil de llevar. En este proceso de la creación de contenidos ya he comprendido que estoy obsesionada con esta imagen que me dibujo cada vez peor incluso hasta la injusticia, pero que ya lamentablemente no puedo parar porque lo tengo normalizado.
Confieso que en algún momento de mi camino hace tiempo atrás pedí ayuda y la obtuve de manera satisfactoria, pero no debí dejarla. Me creí capaz de seguir adelante consiguiendo como liberación, el ejercicio de escribir “mi novela”; sin embargo cada vez noto mis habilidades más bloqueadas, enfadándome cuando termino viéndome en mis tramas literarios compartiendo protagonismo con este personaje entrando en modo caos y vuelta otra vez a pensar, crear, crear… comprendo que esta obsesión me está descontrolando porque me está llevando a vivir una situación caótica, dramática y no. Me niego a que mis días sean un drama por unas situaciones difíciles del pasado que de una u otra manera todos hemos vivido. Así que he decidido que al carajo la novela y su personaje. No me puedo permitir que mi imaginación esté bloqueada por traumatizantes sentimientos repetitivos que me dejan parada y estancada.
Desde hace dos días me he sacudido de esta idea. Tengo que armarme de herramientas para continuar adelante y seguir convirtiendo mí día a día y futuro en tiempo agradable. Este es mi consejo y mi debate de hoy. Dejad las obsesiones que hacen perder el tiempo, complican el futuro y enferman la mente. Cada uno debemos de crear nuestra propia realidad con responsabilidad e invertir nuestras energías en lo que creemos que seguramente será lo que algún día crearemos.
Eso es, despojar de la obsecion negativa pero continúa con la positiva: escribir la novela quizás te libere
Uy y no sabes cuánto! desde que comento que tomé la decisión de abandonar escribir sobre ese personaje me siento liberada y muy bien. Y tu? No te has obsesionado nunca con nada? Gracias por tu comentario. Saludos