
ALICIA
La madre de Alicia era alcohólica. La niña aún tenía los dientes de leche.
Ya se daba cuenta de lo que ocurría porque escondía las botellas con esperanza, diciéndose a sí misma: “así mamá estará bien y se dará cuenta que esta noche debe venir el ratoncito Pérez”
Se aseguró que había dinero en la cartera de su madre por lo que estaba confiada de que obtendría su premio al amanecer debajo de la almohada. Por fin podría comprar la acuarela que tanto anhelaba para sus dibujos.
Con tal ensueño quedó dormida, también con un beso y la bendición de su madre.
Al despertar, Alicia giró la almohada muy rápido… salió corriendo de su habitación y al pasar por el salón descubrió a su madre en el sillón con la misma blusa y vaqueros de la noche pasada. En la mesa de centro una botella de ron y el monedero vacío.
Alicia deshizo en su mente la obra pensada con lágrimas en los ojos y su diente de leche en la mano