¿Eres adicto a...?
Si aún no te lo has preguntado deberías hacerlo porque cuando lo tengas claro, sin lugar a dudas antes también podrás ponerle el nombre que merece, pudiendo entonces navegar en tu adicción e investigar, para conseguir respuestas sobre la incidencia de esa dependencia en tu presente y valorar hasta qué punto merece seguir forjándola o echarle la llave para cerrar esa puerta.
No me estoy refiriendo a temas de salud, que por supuesto también hay tener en cuenta, pero este no es el caso. Conocí a un gran médico al que escuché decir a un paciente: “su diagnóstico es TAL, pero no seré yo quien le recomiende que deje de fumar porque de sobra sabemos todos el daño del tabaco, como también sabemos los daños del alcohol en el organismo, pero es que a mí me gusta beber, soy médico y sin embargo no me alejo de las copas. Cada cual tiene que tomar sus propias decisiones”.
Una vez aclarado por dónde van los tiros, lo interesante es que nos centremos por si nunca hemos reflexionado en si somos adictos a algo y si aún controlamos. Una adicción comienza un día como una manera de distraernos, o porque queremos experimentar cierta relajación en el cuerpo, o por ver si va bien la partida y ganamos un dinerito extra… Claro que suponemos tener cierto control. Con la continuidad en el tiempo pasa a ser desmedida, hasta que llega la perdida absoluta de “ese control” quedando como una dependencia total que nos confunde, porque nos ha abordado sin apenas darnos cuenta. Entonces ya es un hábito sin el que no podemos vivir, porque encima nos parece que ayuda a soportar la vida.
Así que no está nada mal que en algún momento aterricemos en nuestras dependencias, ya sean sustancias, tabaco, alcohol, fármacos, sexo, juego, ejercicios, las compras o nuestra pareja. Porque sí, también existe esta dependencia en aquellos que son incapaces de tomar cualquier decisión por pequeña que sea, sin la aprobación de la pareja y es bueno saber que si es el caso, estamos confundidos porque eso no es amor.
DEPENDENCIAS


La ultima adicción casi podríamos decir “de moda” que ha irrumpido en nuestra sociedad es la del móvil que se ha convertido para muchos en la extensión de nuestra mano.
Con apenas 16 años empecé con el cigarrillo. En aquellos años lo publicitaban con una Sarita Montiel espléndida en una farola cantando “fumar es un placer, genial, sensual…” Así nos sentíamos todas las adolescentes y dale que te pego a fumar, hasta 25 años después que llegó el día del hasta aquí ¡se acabó!.
Es muy común ver a escritores que no saben escribir sin un cigarrillo y sin un cigarrillo no escriben. Cuando ya algo es tan necesario, es porque ya es tan alto el grado de adicción, que establecemos una relación de igual a igual que nos identifica siendo en ocasiones hasta un obstáculo, interpuesto sutilmente en nuestras relaciones familiares, laborales y sociales. Algunas veces sabemos de personas brillantes que aportan un montón de cualidades reconocibles en un determinado grupo social, pero que con toda la delicadeza posible, son excluidas a consecuencia de la intolerancia de sus adicciones. “No invitemos a nuestra reunión a fulano porque es que nos marea a todos con el humo del tabaco, o a zutano porque bebe demasiado y termina muy pesado”. Parece muy fuerte pero ocurre.
La vida la tenemos para disfrutarla, experimentarla en toda su dimensión y es bueno que repasemos si hay algo que consideremos que de alguna manera, nos hemos añadido nosotros mismos a nuestro ADN como individuo, con la disculpa que lo teníamos que hacer para aguantar la vida. Es bueno que lo reconozcamos a tiempo y sin falsas promesas le hagamos una carta de despedida a esa adicción, la dejamos pasar por debajo de la puerta y cerremos con llave. Seguro será una buena decisión.
No olvides al salir a la calle tirar esa llave bien lejos.
¿Sientes miedo por tus miedos?






Me parece fantástico que te sientas así y que algo tan SUPER como la adicción a viajar forme parte de ti jajaja…
Claro que necesitamos pasta, pero no mucha,, todo depende a donde vayas y de otras cosas. En lo que si coincido es en que con el Covid es más complicado y engorroso, pero no imposible.
En fin, Remedios sigo y seguiré con la misma adicción y con el mismo «mono» y no pasa nada, eso forma parte de mí.
Jajajajaja!
Yo soy adicta a los viajes y llevo tiempo con abstinencia obligada. Tengo «mono» de viajes!
Muy buena adicción VIBY pero muy cara también. Pobre de ti entonces ahora que con el covid es tan complicado. Yo prefiero proclamarme adicta a la felicidad con nuestr@ ANÓNIMO ayer y dejar los viajes para cuando tenga pasta jajaja… Saludos y gracias
Soy adicta al tabaco y a la felicidad entre más cosas! Todos tenemos alguna dependencia, ya sea física o emocional.
Te acompaño en la adicción a la felicidad. Siempre estos feliz (claro que no cuando se está enfermo). Y sí por eso lo escribí, porque todos tenemos alguna dependencia como bien dices. Lo interesante es que la tengamos «localizada», quiero decir que seamos consciente de ella para cuando llegue «el momento de…» , saber aceptar sin más o que nos ha tocado. Saludos