Tengo antes que confesar que soy fiel seguidora de la autora y su obra, así que por descartado que admiro su escritura.
El amor molesto me ha cautivado especialmente porque es “molesto” el amor que siente la narradora por la madre, a la que llama Amalia apenas incapaz de reconocerla como la madre a la que no se ha querido parecer nunca, y sin embargo, narra la extraña manera que tiene de comprenderla después de muerta a través de unos incómodos recuerdos y llevando su ropa mientras, se mira en el espejo reconociéndose entonces a sí misma como Amalia.
Lo recomiendo cien por ciento.