EL ENCIERRO Y LA IMAGINACION
LE HE DICHO A LA MOSCA
Vente aquí nena que te voy a encerrar para que me acompañes.
¿Qué hacías ayer por la tarde vestida de monja?
Estaba probando si el traje me resultaba cómodo. Salí a la calle con la intención de investigar si alguien se sorprendía al verme vestida de esa guisa. Soy muy dependiente de las opiniones de las gentes. Sé que no debería ser así. Cuando llegué a casa y me he visto tan poco favorecida en el espejo de la entraba, he renunciado a mi vocación.
¿Tienes una maleta vacía en tu coche?
Ir en el coche a cualquier sitio es viajar. Así es utilizada esta palabra en múltiples textos y en los anuncios que ofrecen el alquiler de vehículos. La palabra en sí misma es viajera. Pero a mi me pesa que todos viajan excepto yo. No encuentro trabajo, no tengo dinero, ni siquiera tengo pasaporte. Lo he solucionado; he comprado una maleta y la tengo en mi coche y ya me siento estar viajando constantemente. Llevo en la maleta mi cepillo de dientes.
EL ESPEJO ROTO
He decidido romper el espejo de mi habitación. Mientras dure el encierro no me dejan ir a la peluquería a que me cubran las canas. Ya veo demasiada depauperación por la ventana como para que también un simple espejo me recuerde la vejez.