
EL ENFADO
El enfado es una emoción sobre la que no reflexionamos mucho. Ocurre y cada cual lo manifiesta y resuelve a su manera. Sin embargo detenerse un momento en este tema, enterarse de lo que ocurre para poder gestionar esta emoción, es una manera más de mejorar la calidad de vida.
Poder enfadarse es bueno en el sentido que ayuda al individuo a reconocer lo que duele, lo que molesta, siendo lo habitual que se experimenta algo negativo, desagradable resultando que gestionar la reacción no es sencillo.
Lo ideal sería que según el motivo del enfado, la manifestación ocurra de modo correcto, en el momento, lugar adecuado y en el grado exacto, ya que puede ocurrir que esta emoción que se introduce en el pensamiento, pueda provocar una reacción desmedida que se vuelve en contra de la persona que la deja crecer provocándole gran daño en su vida.
Se sabe que un enfado no controlado, que induce acciones y palabras excesivas en el puesto de trabajo, puede llevar como consecuencia el despido laboral, o si ocurre en el ámbito de la pareja extenderse hasta llegar a la separación.
Enfadarse ocurre porque se siente una mala disposición, desaprobación o injusticia hacia algo, así que arranca de una causa que perjudica o contraría a la persona.
Es importante que cada individuo se conozca a sí mismo, ser consciente intentando ante todo el reconocimiento de las maneras que tiene de enfadarse, frecuencia, si es correcta o descontrolada la intensidad en que se exterioriza, saber discernir las consecuencias de sus enfados según los sitios en que se encuentra.
En esta introspección de sí mismo saber que se puede recurrir a herramientas con vistas a ayudar en esas crisis emocionales, como aislarse un tiempo, salir a caminar, hacer ejercicios, etc.
Animarse a reflexionar en un autoanálisis sobre esto, informarse sobre herramientas adecuadas a las que se puede acudir seguro contribuirá a afrontar la vida de manera sana, mejorando las relaciones interpersonales. Importante en este proceso: di no al resentimiento.