… Y desde que arrancó el tan temido invierno, cada día esperaba más frío.
Me recuerdo siempre a la expectativa y con miedo, porque tenía muy encajado aquel dolor de papá por el frío pasado. Solo con suecos a llevar las vacas al prado y dormir con una manta fina y raída compartida mientras me enseñaba los sabañones en sus manos.
Cada día yo esperaba más y registraba mis manos con temor… Pero no ocurrió y llegó la primavera.