
Leer, leer, leer… y se caen las líneas de la vida.
Apenas siente en absoluto qué pasa de verdad. Él se ha convertido. Tal y como aquel artista que solo conseguía pintar en la profunda noche escuchando música a todo volumen.
Un día decidió retirarse a existir en un sitio apartado, lejos de todos los que protestan por estar en un mundo que antes habitaba. Ahora está como bendecido por Dios que le permite dibujar las emociones, ver la música y saborear los colores en soledad.
¿Alguien lo entiende?