
TESTAMENTO
Pensado en ataúdes me viene por cierto a la mente una preocupación que tengo preguntándome el por qué nunca nos atrevemos a charlar sobre el cuándo yo me muera… y es que no quiero dejar este tema a la buena de Dios. Tengo que hablarlo con mi hija, que claro, sé que le abruma pensar en eso porque ella se cree que no me voy a morir pero “sí hija mía, ocurrirá algún día porque es inevitable”. Siempre he querido decirle que no quiero que me deje encerrada en esa caja metida en un hueco ahí a oscuras pasando frío y que de pronto a los días empiecen a venir animalitos y tal, vamos, que no me gustan los bichos. Así que tengo que pedirle que a mí me meta en el horno ese y que me den candela, bueno ella no claro, yo no quiero que lo haga ella porque sería tremendo, pero eso sí, que autorice para que me achicharren, que después con el polvillo haga lo que quiera y no se vuelva loca pensando dónde tirarlos que mira que no quiero molestarle ni darle guerra. Ella a lo suyo y a ser feliz. Todo esto creo que va a ser mejor que se lo escriba y se lo mande un día de estos por whatsapp aunque ya sé que cuando me lea después me peleará porque dice que soy una pesada y que yo no la molesto con nada y tal, pero bueno, queda dicho. Yo solo quiero que quede claro que de mamá en un cajón encerrada y con tierra por encima nada de nada.
LaRemedios 29/mayo/2019